Hikikomori

¿Es el Hikikomori un fenómeno exclusivo de Japón?

Hay varios elementos que intervienen en el Hikikomori y que son exclusivos de la cultura japonesa. Aunque existen contextos y problemas similares en países occidentales, este tipo de comportamiento no aparece. El Hikikomori es una realidad japonesa.

En muchos desordenes mentales es normal que surjan síntomas semejantes al retiro social que sufren los Hikikomori. Muchas personas empiezan a tener miedo del mundo exterior y sufren crisis de agorafobia. Pero es aquí donde acaban las semejanzas. El cuadro sintomático es único e inexplicable en occidente. El doctor H. Grubb, vincula este problema tan especial a una cultura tan especial como la japonesa, algo que esta fuera de la imaginación de la cultura occidental.

Solo hay que fijarse en la profundidad y las connotaciones de la palabra, el lexema Komori, da un matiz especial a la retirada social, dándole un valor religioso y tradicionalista. En definitiva nos muestra que el retiro social hunde sus raíces en las estructuras históricas y culturales japonesas.

El Sekentei, vergüenza social y la tendencia a encubrir los problemas de la familia son ciertamente más fuertes en Japón que en otros países. El sistema escolar, altamente coercitivo, que impide la creatividad y con métodos educativos controvertidos, son también específicos del país.

También lo es la estructura de la familia, ancestral y rígida, en la que suelen convivir varias generaciones (abuelos, padres, hijos e incluso nietos).

El grupo, la presión y las expectativas que este causa en las personas y en los grupos sociales (familia, pares, empresa), son característicos de Japón. Es especialmente fuerte la presión para impedir que los jóvenes desarrollen la capacidad de ser ellos mismos, independientes y diferentes del resto de personas.

Estos y otros factores son el caldo de cultivo de fenómeno puramente japonés, cuya magnitud es difícilmente calculable, explicando a la vez porque no tiene el mismo impacto en otros países.

Sin embargo existen casos comenta la Dra. Erica Warner, de la asociación australiana ARAFMI, organización que trabaja con jóvenes que sufren un secuestro social, de jóvenes que tienen una repugnancia hacia cualquier contacto interpersonal en su vida cotidiana, escondiéndose en sus habitaciones.
Estos casos (y otros en diversos países) sugieren que el retiro social existe fuera de Japón. Aun no se puede calcular el impacto real o si solo son casos aislados por el incremento de la incidencia de la enfermedad mental que están sufriendo las sociedades occidentales.

Kamma Kaspersen①, explica que mucha gente sufre ansiedad o fobia social, una un trastorno mental que deteriora el funcionamiento global del ser humano y en el que la persona estructura su vida para evitar cualquier contacto social o situación porque temen que su comportamiento sea valorado negativamente. Se sienten juzgados todo el tiempo y actividades tan simples como salir a comprar o ir a la oficina se convierten en serios desafíos, lo que hace que se van retirando poco a poco de la sociedad.

Este síntoma (el retirarse de la sociedad), no es exclusivo de la ansiedad social, sino que personas que sufren algún tipo de fobia, ansiedad o depresión (y en general todos los trastornos no psicóticos) también buscan la soledad de sus hogares y el aislamiento②.

Por esto no podemos asociar el retiro social Hikikomori exclusivamente a Japón. Más aun cuando profundizamos en el trastorno y comprobamos que tan solo el 10% de los jóvenes con Hikikomori son incapaces de salir de casa. El resto, la mayoría de los casos, tan solo eligen ciertos momentos del día para salir, como por la noche o van a lugares poco concurridos como videoclubs o tiendas alejadas del Centro. En definitiva se podría concluir con que aunque el fenómeno es universal en los países industrializados, la cultura japonesa tan solo potencia el fenómeno, aumentando así su incidencia M.Sakai (2002).

① Presidente de la Asociación Danesa para el Estudio y Tratamiento de los trastornos asociados con la Ansiedad

② Los problemas de salud mental afectan en España a tres de cada diez personas, mientras que se estima que hasta un 15 por ciento de la población tendrá algún tipo de trastorno mental a lo largo de su vida, según datos de la Fundación Española de Psiquiatría (2008).

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